No tengo un método ni orden. Tengo un montón de cuadernos que se apilan en lugares y que contienen cosas variadas. Soy desorganizada y me cuesta persistir. Hace algo más de un año compré un cuaderno negro, absolutamente liso y de papel grueso para destinarlo a las anotaciones para una novela que empezaba a escribir (sigo en ello y, probablemente, no vea la luz). La escritura se trabó y empecé a llenar esas páginas de otras cosas. Pasó a ser un diario, un depósito de mala poesía y también una to-do list. Algo de ese desorden me frustra. Es como si pusiera trampas para no poder encontrar los materiales tiempo después. Encontrarme.
Cuando era chica me grababa jugando a la radio. Yo era la conductora de un programa en el que leía cuentos, contaba noticias y decía el clima. Cuando fui un poco más grande, pero seguía siendo una criatura, decidí borrar esos cassettes porque me daban vergüenza. Cringe. Siempre me impresionó ese gesto destructivo, ese intento por no dejar rastro de lo que para mí era insuficiente, incorrecto. Hoy siento pena. No solo porque daría lo que sea por volver a escucharlos, sino porque me veo desde muy niña siendo tremendamente dura, buscando resultados, desestimando los procesos.
Compartir algunas de mis notas y pensamientos, sentir que las palabras van dedicadas a alguien me mueve. Así que gracias. Soy más de escribir a la fuerza de lo que me gustaría y necesito que la pluma se destrabe. En el último tiempo vengo confundida, creo estar en el fin de una etapa que no sé bien qué es y en el comienzo de otra que no tengo idea a dónde me lleva. Ayer les decía a mis amigas que creo que no me puedo visualizar. Siempre tuve algún tipo de imagen norte, incluso ficticia, descabellada, ahora es como si en mi cabeza se hubieran acabado las posibilidades. Terror. Necesito que las palabras fluyan para ser capaz de imaginar.
Este cuaderno de notas virtual es una promesa de amor. Un compromiso: les voy a escribir y va a quedar registrado. Un deseo: ojalá, esta vez, no lo quiera borrar. Será una práctica sostenida (espero) y sin pretensiones. Ojalá podamos preguntarnos cosas juntos. Yo no puedo escribir sola.
Lo que vi
A eso de las cinco de la tarde, el parque se llenó de hijos, hijas, parejas y cuidadores. Pensé en el amor. En el amor y el dinero. Pero principalmente en el amor. ¿Quién será mi red?
Lo que escribí
(en el cuaderno negro y a modo de introducción)
03 de marzo: ¿Tendré que ser yo quién sacuda los árboles? ¿Traer el verde de nuevo?
22 de marzo: Hace una semana que no paro de ver Instagram y la vida de otra gente.
17 de abril: Me cuesta abandonar la vigilia. Tengo un poema en la punta de la lengua.
21 de abril: ¿Por qué insisto en vivir?
27 de mayo: Es tan tarde para esto, para seguir llorando por amor.
17 de julio: Cumplo 33 y pienso que quizás no llegue, quizás no viva nada de todo eso. Mis tres deseos:
17 de agosto: En la función se me clavó un cuchillo en la ceja, pero hoy estoy feliz.
04 de septiembre: No dormí. Tengo que aprender a pasarla mejor.
13 de septiembre: Toda la mañana sentí demasiado. Las palabras comienzan el amor.
21 de octubre: Mi cabeza es un lugar hostil. Este vacío.
17 de noviembre: Puse una página en el medio porque hay que separar ciertas cosas.
No sé qué significa este rejunte, pero creo que es una buena forma de irnos conociendo.
Lo que escuché
Este tema. En loop. Quizá todo queda mejor con este tema.
¿Ustedes qué escriben? ¿Dónde? ¿A quién?
Los leo y gracias.
Lu
Queremos más nenita